¿Y de que me sirve?
No tengo caso, soy un nostálgico sin remedio. Al resto como que le da lo mismo. Algunos deben ponerse contentos con el apart hotel de 5 a 8 pisos que el coño Torres construirá en esa esquina con ese estilo tan marcadamente kitsch que lo caracteriza.
Era un cine de unas 500 butacas y sala única. Ese fue parte del problema. Una sala, 3 funciones diarias, un film por semana, y un matinee con monos animados. Fiasco económico en su esplendor. Hoy los tienen de a 20 salas y un non stop de películas joligudenses a cagarse. En este vendían cabritas, no popcorn. Cagaso. Calugones pelayo, no m&m, al hoyo. Si hasta le traía acomodador, ese que te guía al asiento con una linternita. What? y pagarle Isapre a ese viejo guebon? Y el Bottom-line viejito, acá no estamos para sino para ganar plata y harta!, habrá dicho los genios financieros de Chile Films, los dueños. También habrán pensado, esperemos un ratito y al próximo boom inmobiliario, pum! vendemos el terrenito por una fortuna. Y la cultura? Que cultura gueon...si querís cultura ándate a Cuba marxista e' mierda!
Y la gente protesta que el alcalde, que ChileFilms, que las inmobiliarias...Lo cierto es que aunque ocurre tan frecuentemente en Santiago, como que nadie se espera que tu barrio se lo vaya comiendo el cemento, de a poco, como polillas a la madera, tan inevitablemente. Y así se fueron el Las Lilas, el Huelén, el Golf, el Cine Las Condes. El Santa Lucia, alguien puede olvidar el tal Cinerama? La auto denominada pantalla más grande de latinoamericana, un record transformado en librería.
Las nostalgias son para los poetas. Santiago tiene que abrirse al progreso, y progresar significa avanzar, realizar mejoras por el bien común. Pero el progreso es esencialmente hipócrita, porque resulta inocente pensar que llenar la ciudad de edificios lustra-botas sirve al progreso y no a una oportunidad económica cuya herramienta es la especulación, que rápidamente llena de plata los bolsillos de algunos y que en consecuencia no tarda en empobrecer con igual rapidez a otros, usualmente los mismos pobres de siempre.
Tal como en países desarrollados cuyos modelos nuestros legisladores imitan a ojos cerrados, terminaremos viajando horas hacia unos suburbios prefabricados para acceder a la "cultura", si es que dentro del acceso a cultura se cuentan las bombas de un Rambo y los saltos de un ratón cocinero. Más encima a precios inalcanzables para la gran mayoría. Lo mejor es mantener al pueblo bruto, que se queden en sus telenovelitas, que atraen a auspiciadores aunque le atrofien la mente a la gallada. Mejor.
Así molestan menos pues no son capaces de visualizar la mierda en la que están hundidos.
Los próximos? Normandí, Tobalaba, y el Biógrafo claro, sobre los cuales las pirañas tienen sus ojos puestos hace rato.
Ese es Chile, un país que mira hacia delante y solo para delante, disfrazado en su traje de niño exitoso, el mejor del curso, que aparentemente no quiere ni desea más que lucirse con cifras macro económicas y records, un pedazo de territorio que no quiere ni desea cultura ni mucho menos memoria.
Foto: Plataforma Urbana
3 comentarios:
¿Qué hacer?
¿Una bomba?
saludos
No pues, Juan Emar, sólo lamentar. La bomba le ahorraría las lucas de la demolición al Lucio.
Humildemente los invito a leer mis propios llanteríos respecto del "progreso" que vive nuestra ciudad y más específicamente, Provi: http://flohabla.blogspot.com/2007/12/lenta-y-dolorosa-destruccin-de-un.html
Tendré que ir a dejar flores en la tumba de mis fines de año escolar cuando chica, paseos con los abuelos y tés después del médico con mis padres (en el restaurant de la vuelta cuyo nombre no recuerdo).
Saludos y felicitaciones por un blog destacado.
ohhh quedé helada cuando leí esto..
la última vez que pasé por ahí fue hace mucho tiempo.. que tristeza.
estoy muy de acuerdo con tus palabras.
El concepto de progreso que tiene Chile me da asco y cada vez más, nos transforman nuestro país en uno sin memoria.
saludos
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