2007
El año nuevo, y la navidad. Dos fechas en esencia consumistas, que arraigadas en los genes de nuestra sociedad, contagian hasta al más escéptico Musulmán. Aquel espíritu navideño de antaño ya fue completamente eclipsado por un viejo borracho con cara de degenerado, usualmente con barba de algodón, sentado en un trono de felpa roja, en cuanto centro comercial existe en cada una de nuestras ciudades. En los días previos al 25, los papis corren apurados con cara de culo, por las tiendas que suben sus precios de manera irreal aprovechando la oportunidad que significamos aquellos que dejamos todo para última hora. Personalmente me quedo con el Año Nuevo, donde lo único que importa es la ilusión del futuro. En esta fecha no queda más que pagar con un par de lágrimas y abrazos, lo bueno y lo malo de lo que quedó atrás. Luego con una sonrisa, abrazar el futuro que te quema de ansiedad en un contar regresivo de segundos. Los fuegos artificiales y sus tronaduras te liberan hacia un nuevo ciclón de 12 meses, un espiral de experiencias y emociones donde una vez más trataremos de buscar nuestro lugar en el mundo.
Estuve de cumpleaños entremedio de ambas fiestas. Ningún lector de esta bitácora me saludó, seguramente porque no he dicho a nadie mucho de mi, incluyendo la fecha de mi cumpleaños, por lo tanto no hay rencores. Decidí tomar un descanso de mis labores de turista virtual, y poner en marcha mi condición de turista real. Arreglamos las maletas, y partimos a Las Vegas, el mismo día 24. En plena noche de navidad, justo en el momento del nacimiento de niño Jesús, estábamos sentados asistiendo a una vaporosa puesta en escena de Cirque du Soleil de nombre Zumanity, una apuesta que prende a la audiencia más por su erotismo que por las acrobacias de sus bailarines. Ante nuestros ojos, desfilaban escenas de erotismo lésbico, gay, grupal, una rubia en hula hula vestida con una faldita escolar, un presentador travestí, un par de gordas enormes e igual de calientes, y hasta un enano revoloteando su libido en un trapecio. En Las Vegas, auto definido como el 'adult playground' de 'América', no existe mucho de espíritu navideño. Para que decir el espectáculo que presenciábamos en pleno momento simbólico en que la estrella se posaba sobre Judea para anunciar la llegada del espíritu santo que nos salvaría de todos nuestro pecados. Miré la hora, eran prácticamente las 12, en pleno momento en que dos negros casi azules y enormes se manoseaban uno de espaldas al otro. Me pregunté en que quedó eso de la salvación.
Lo mejor de Las Vegas y la principal razón por la cual nos dirigimos allí, fue el matrimonio de unos buenos amigos extranjeros, que en ausencia de sus respectivas familias, decidieron por lo práctico y contrajeron matrimonio en una capilla muy pequeña y bonita llamada 'the Little Church of the West'. Con una capacidad para unas 50 personas, hubo suficiente espacio para la boda de Kaz, nuestro amigo indio-japonés, quien contrajo matrimonio con Annais, nuestra amiga francesa, siendo ellos hasta el día de hoy (casi dos semanas), muy felices. La boda duró unos 25 minutos, incluyendo la bajada de la limusina, firma de documentos, instrucciones de oficial, entrada solemne a la iglesia, el acto matrimonial, salida solemne de la iglesia, una breve sesión de fotos, y subida de vuelta a la limusina. El paquete de matrimonio, que cuesta unos $350 dólares, incluye 2 canciones tocadas en un órgano con pinta de reliquia por una persona de verdad. Hago el alcance de 'persona de verdad', pues en Las Vegas se puede visitar Venecia, Paris, Nueva York, Arabia Saudita, y la pirámide de Luxor con solo cruzar de una vereda a otra, la avenida principal. De ahí que me haya llamado la atención que un tipo de carne y hueso haya tocado el órgano y hasta sonreído con cierta emoción. Otros que se han pegado el tropezón en la misma capilla han sido Richard Gere con Cindy Crawford, Ray Connif, Telly Savalas, Mickey Rooney y Fernando Llamas (Entiéndase que estos últimos contrajeron matrimonio con sus respectivas esposas y no entre ellos).
Casados nuestro amigos fue el momento de celebrar, y partimos con dicho propósito a bordo de una tremenda limusina por el interminable Strip (avenida) de Las Vegas, alegrados por los brindis de la helada champaña y las luces de los casinos que rebotaban sobre nuestras caras.
La boda se cumplió, los novios felices reían animados y altamente ilusionados, aún con los ojos brillantes de emoción, agradecidos de nuestra presencia, pues en total éramos 5 personas, novios incluidos, una amiga francesa, mi media naranja y yo.
Reflexioné sobre este evento simbólico en los últimos estertores de un año que se extinguía a nuestras espaldas. Un año que se corona para nuestro placer con una boda, un año que se engrandece con la esperanza de la vida juntos, de un futuro de a dos. Un fin de lágrimas, pero un fin en extremo feliz, un fin de amplias sonrisas y suspiros profundos de múltiple esperanza.
¡FELIZ AÑO 2007!
4 comentarios:
Bien freak tu navidad, pero a su vez bien esperanzador el año nuevo.
Slds y bueno saugurios para ti también.
Soy muy ingrato guatón.... Te mande mail y un SMS a tu celular en EEUU para saludarte en tu cumpleaños.
Y ni siquiere pescaste guatón rechu/%&$(/%&$(%$·
feliz cumple????
I'm back y sonrrojo solo pensar en todo que debo escribir sin autocensura...Están todos locos en Chile...
Happy Happy para ti!
Oyeeeee...si no hace tanto frio...la flojera invade, parece...igual, quiero poleras!
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