Match Point

Me preguntaba en que habría estado pensando Charly (Garcia) cuando compuso "No Soy un Extraño". Se me hace curiosa y nostálgica la frase "enciendo un faso para despistar, me quedo piola y empiezo a pensar, que no hay que pescar dos peces con la misma red....". ¿Habrá estado en un bar, tomando un café, fumándose un pucho, melancólico, en un día gris y nublado como hoy? Charly se me hace un genio, estamparle una frase así a una melodía ya valiosa. Loco genio.

De viaje nuevamente en Nueva York, Melting Pot por excelencia, Torre de Babel. El viento fresco recorre los corredores de cemento, la jungla de Trump, y me pronostican un invierno suplantado de otoño que percutirá durante unos 6 meses sobre nuestros resentidos poros. Han sido 3 días intensos entre el uptown, midtown, downtown, y uptown de nuevo. No puedo creer cuantas veces he repetido la misma historia ante 15 caras distintas, una y otra vez. Algo bueno tiene que resultar de esto. De lo contrario algo no muy bueno resultará indudablemente de todo esto.

Al menos el objetivo de tener los muslos de Sharapova adornando el disco duro de mi cámara se cumplió. En Flushing Meadows no volaba una mosca a cada gemido que la rusa soltaba. A cada estruendo de derechazo con que su cola de oro se balanceaba al exacto opuesto donde ubicaba esas bolas incendiadas, en las más insólitas esquinas de su contrincante. Yo, en diagonal a sus espaldas, petrificado con 420 milímetros de lentes empañados de morbo, me daba el lujo imaginario de oler sus vellos dorados apenas humedecidos de su cuello.

Mi media naranja me deja ser en mi pequeña pequeñez, mientras horas mas tarde recorre en silencio la anatomía de un papazote Moyá.