La Nación ni para reciclaje

Está aún por verse si La Nación, el que vendría siendo el diário de todos los chilenos, las vaya a sacar pelada luego de años de darle como bombo en fiesta a los que hoy ostentan el poder. Eso porque la misericordia en el catolicismo dominante no existe y en tiempos no tan mejores se arreglaba con una buena hoguera de leña seca.

Y hoy, al día siguiente del anuncio de nuevo gabinete, el mencionado periódico estatal que pagamos todos, sale con un titular tan destemplado como todo aquello que lanzó cuando en campaña Sebastián era una posiblidad tan cierta como incierta de ser presidente. Dice el titular: Piñera forma gabinete de gerentes para Chile S.A.

La Nación es un concreto ejemplo de porque "la gente" no le compró el "Vamos a vivir mejor" de la Concertación. Claramente hay un 50% de votantes que no está de acuerdo con la Nación ni con su destempladería. Peor aún, al interior de la nación no se está de acuerdo, pero si la cabeza, que administra el diário a su antojo, y lo único que hace es pagar fidelidades. Por el culo las opiniones de los que hacen de La Nación un trabajo digno.

Y La Nación, un diário con plumas destacadísimas, que opta, a pesar de su supuesta independencia, de convertirse en el blog personal del candidato Frei.

Hoy abro el diário La Segunda, un diário privado, la supuesta antítesis de la objetividad, que en su editorial trae una nota de un Sr. de la Flacso con el título Chile Inc. o Chile S.A. Jamás he visto que La Nación, que leí en forma diária durante todo el 2009, lleve un editorial favorable a la derecha o que al menos ponga dudas a la versión oficialista de todo. Mientras La Tercera y todos los diários del grupo El Mercurio, que por años han cargado el peso de la mentira persistente en dictadura, hacen esfuerzos considerables por objetivizarse y abrirse a columnistas como Hector Soto, Carlos Peña, Patricio Navia, como Think Tanks y Universidades, La Nación los sigue muy por detrás hablandole solo a los partidarios del club de amigos concertacionista no considerando además que un diário público "idealmente" debe ser leído, por lo que además de ser objetivo, debe mantenerse al día con la tecnología que hoy amenaza la existencia de los periódicos escritos.

Si su cierre se llega a concretar, cosa que no debiera extrañar (no vaya a ser tan incauto idiota el flamante presidente), lo lamentaré por esas plumas que a uno lo hacen aplaudir y que no se encuentran por ningun lado en el Chile farandulero, tales como Antonio Gil, para que decir Lemebel, Patricio Hermán o Diego Moulian.