Bitacoreta en Los Angeles
Al extremo Este de Estados Unidos queda Nueva York, la cosmopolita, la capital del mundo, donde la intelectualidad se haya en su salsa. A la misma distancia que Arica de Punta Arenas, en este extremo Oeste de Estados Unidos queda Los Angeles, epítome de lo frívolo, la ciudad donde vales tu peso en Botox. Es la decadencia humana hecha ciudad, del peinado exclusivo como medio de supervivencia. Acá el estilo es la ley, donde lo vacío encuentra sentido y donde las tetas retribuyen su tamaño en dólares. La cultura al ego es la regla en los lugares esos para ver y ser visto donde me paseo con suma humildad y con algo de espanto.
Mujeres y hombres se miden con la misma vara. Acá no existe el genero. Existe el que luce bien y el que no luce tan bien. Todo en función de una serie de aderezos imprescindibles como lo son el precio de tu ropa, la marca de tus accesorios, la marca de tu auto, donde vas, donde comes, y con quien comes. Soy mi elastina, soy mi silicona, soy mi piel canela de solarium, soy mi bikini wax, soy mi cuenta del facial en el Spa de Beverly Hills. Soy mi cartera Jimmy Choo y mi Bentley que dejo a cargo del valet parking, soy el sudor de mi entrepierna, mi frente no suda, soy cool, sé lo que quiero, soy inmortal, always fresh, always cool, always young.
Me encontré por esas cosas perdido en Rodeo Drive. Perdido en un sentido figurado. Que tanto tiene Rodeo que tanto hablan, me pregunté. En una radiante mañana de un martes de Agosto, decidí aventurarme sin nunca en 3 visitas anteriores haber visitado tan célebre extensión de tierra.
Pues no tiene más que shopping, y del caro, inalcanzable. Por razones de tipo turístico, especialidad del que escribe, hice distintas cotizaciones en Rodeo Drive, vecindário inserto en pleno West Hollywood. Me miraron con cara de no poder pagar. Debe haber sido el terno Johnson's. Y luego, donde tiene estacionado su auto? Y yo, No, I am walking. Y el look de arriba abajo. Cuanto costará esa mierda de hotel, me fui pensando mientras pasaba a los pies del Regent Beverly Wilshire Hotel frente a Rodeo, el mismo donde un servicio de damas de compañia de lujo, hace entrega al galán Richard (Gere) una tal Julia (Roberts) guapa y virginal prostituta. El hecho que haya pagado por ello no lo hace menos galán, es Rodeo Drive, es Hollywood, y acá no se juzga por eso. Richard es el hombre más respetable de los huespedes. Putero, pero guapísimo y más encima millonário, que importa el resto.
Debo haber causado algo de alboroto a mi paso, vestido con mi terno regalón, hecho en un distante país llamado Chile. La gente simple tiene suerte de no ser expulsada de esta hoguera de vanidades, tuve suerte.
Una rubia de traje blanco furioso pasa por mi lado dejando una estela de sofisticación y perfume. Sobre sus tetas brillosas como bolas de bowling descansan sendos collares de perlas y oro. Camina como por sobre una pasarela. Podría jurar que jamás se percató de mi existencia. Todos caminan así en Hollywood. Yo no. Camino con las manos en los bolsillos, como quien pasea por el zoológico.
Parece de mentira pensé. Al cruzar la calle, la rubia en el apogeo de su altanería ni siquiera se dió la molestía terrícola prosaica de mirar hacia los lados. Lamenté que el mercedes negro no le hubiera hecho saltar por los aires y revelado su lado humano.
Parado al lado de Versace, un mimo pintado entero de dorado se esfuerza por hacerse pasar por una estátua. Espera una humilde contribución de la horda de turistas con sobrepeso que no hacen más que gozar con el poder de compra de los millonários. Le dejo un dólar en la caja y le digo "aprovecha que Gucci está de liquidación". Su mirada hacia el horizonte se desvía un segundo y me cierra un ojo con algo de picardía.
4 comentarios:
Nice as always.
Tengo la suerte de conocer ambos lados y ¿la verdad? o como decían otros, la F ... encuentro que NYC es igualito, con la diferencia que los estudios de E! se encuentran más lejos no más.
LA al menos tiene la playa y buen clima, lo cual hace que todo se vea más espontáneo, pero newyorquinos no queriendo pasar por turistas, pueden ser peores.
Así y todo, superficial y todo, me gustan ambos, aun cuando prefiero NYC, ya que es caminable.
Slds
y yo que siempre me senti un middle class hero
saludos de los sociologos salvajes
lindo blog
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