Y otro fin de semana...

Mientras finiquito una tareita encomendada por el lector VIP de la bitacoreta Don Gatoromano, pienso en el acto de escribir, y en lo complicado que me resulta. Me he dado cuenta que la mayoría de los blogs que encuentro buenos son de periodistas y claro, tiene sentido, pues su tarea es crear textos, y la pluma debe correr más fluída por el papel. Yo no, pues vivo en permanente enemistad con sustantivos y verbos. Con los adjetivos nos tratamos a garabato limpio, ya casi no nos hablamos. Debe ser muy distinto estar preparado para esto. Yo soy un turista, bueno para observar, no tanto para redactar. Menos ahora, pues parece que me voy a resfriar de nuevo y los mocos que se me caen en el teclado.

Flor de fin de semana para caer en cama, hacen como 40 grados, además de la chorreante humedad. ¿No se supone que la primavera debería ser más seca, más fresquita? Quizá no hace tanto calor, es que soy un exagerado. Lo exagero todo, lo confieso. Todas mis notas son una exageración, menos esa que habla de la parejita de Holywood en Namibia que prometí no mencionar más. Esa no, esa es verdad. Bueno, la cosa es que no hace tanto calor, debe ser la fiebre que tengo, aunque frío definitivamente no hace. ¿En todo caso se escribe exagerado o exajerado? Bueno, igual se entiende, no se me pongan tiritones.

¿Que mas les cuento? Mmmmm, a ver...mañana tengo asado. Me encantan los asados, aunque sea de vaca de laboratório como es acá. Es muy posible que no vaya. Nadie vá a querer hablar conmigo con los mocos colgando, contagiando a todo el mundo. Es un cumpleaños, flor de regalito una gripe como la que se me viene encima. Fran se llama la cabra. Apenas la conozco, no se porque me invita todos los años. He hablado dos veces con la tal Fran, ambas para su cumpleaños.

Mejor me quedo en cama. Pensandolo bien, no me quedan ganas de hacer nada más. Sobretodo porque 'ella', mi guachita linda me dijo recién por teléfono que me iba a cuidar. De hecho viene en camino, así que mejor me apuro. Yo me voy a dejar querer nomás claro. Pobre, ella andaba triste ayer, se le fueron sus dos cuates mexicanos, sus mejores amigos. De esos amigos de verdad, Raquelita y José Luis. Me decía ella que una vez estuvo hablando 5 horas por teléfono con Raquelita. Como tanto tema digo yo. Y eso que se habían visto no hacia mucho. Me contaba que ella siempre se iba a la casa de ellos, se metía al refrigerador, sacaba comida, se sacaba los sapatos, miraban tele juntos, y sobretodo conversaban. Se acordaban de sus aventuras de estudiante pobre. Que no se perdían evento organizado por la universidad, para ahorrar en comida y gastarla en 'Rumba' como dice ella, el fin de semana. Pobre, no podía creer que ya no estarían. Yo no sabía que decirle para animarla. Me hacía el payaso, solo me faltó el trapezio y el león para el circo completo, y nada. Le tuve que hacer un pollo especial a la plancha con aceite de oliva que hago yo para que se me animara. Me dijo entre pucheritos lindos que ahora estaba huérfana. Somos dos, le dije, pues a mi hace como un año me pasó lo mismo. De una semana a otra se fueron todos mis amigos, todos. Se fue erwin, la cecy, osvaldo, raul, paula, monica, sole, no quedó casi nadie. Yo me la pasaba hablando solo todo el día. Me iba a Dupont y me sentaba en la plaza junto a los otros locos que hablaban con perros imaginários, y pasaba piola. Con la flor cara de animado que andaba no me pescaba una mina, hasta que apareció ella claro, que me rescato de la casa de orates cuanto ya se me había hecho costumbre hablarle a la fuente de agua de la plaza. Fue en un coctel medio elegantón. Ella estaba vestida con una chaqueta blanca bellísima, sobresalía del resto. Los viejos verdes le pasaban sus tarjetas. Yo cuando la ví me puse todo nervioso y altiro pensé mucha carne pa' tan poco gato, pero no se de adonde saqué la hombría que no tengo para ir a hacerme el lindo con ella y conversarle, rezando pa' no tropezarme o tirarle la copa de vino encima. Ella cuando me vió casi cayó desmayada del encanto. Noooo, no, son bromas, aunque debo reconocer cachetonamente que ahí empezó todo.

Antes de terminar, no puedo ser tan malagradecido para dejar de mencionar a un buen amigo, el futuro doctor Macias. El único que ha tenido la posibilidad de comparar la bitacoreta con mi cara. Se recaga de la risa cuando lee el blog, no se si de lo que lee o de mi cara, pero igual le dá ánimo a uno de siguir escribiendo un par de leseras más.

Y así estimados bitacoreros, otra semana más se extingue. Una semana más que se pierde o que se gana, todo depende del punto de vista. Si la pierdes pues tiene la posibilidad de ganarte un fin de semana, que vale por dos semanas ojo.

Grandes abrazos, languetazos y mordioscones (suavecitos),

El Executive editor
bitacoreta.org