Este u Oeste?

Mi historial en esta ciudad es limitado. Siento sin embargo que Nueva York me transmite en cada visita algo muy característico, original, que cuesta explicar. Aunque no hubiese visto Serpico, Taxi Driver, y hubiese ignorado a Woody Allen toda la vida, creo que el impacto no lo perdería nunca al llegar a esta ciudad. He venido una buena cantidad de veces, y no logro aprender donde está el este o el oeste, donde está midtown, donde está uptown, y veo dificil aprenderlo algún día. Aún me sorprendo en casa esquina, y veo difícil dejar de sorprenderme con su inmensidad, a como Nueva York ha llegado a ser como es, a sus olores, al acento 'Nu Yók', a la sofisticación de sus mujeres con sus solapas y cabellos largos, sus tacos y carteras sacados de Sex and the City. El sentido de una ciudad en permanente estado de efervenscencia, adornada a gusto de todos y de nadie, el sentido de que nada importa que dejan todos al caminar, la rapidez e inmediatez con que ocurren las cosas, la percepción del 'Only in New York'. Solo en Nueva York te persigue donde vayas la más variada cocktelera de vistas, fauna y sentidos.

Aquí, tal como en las peliculas, haces parar un taxi de forma casi histérica, sacudiendo tu brazo derecho al aire, en forma perpendicular a la calzada y con la otra mano en la cintura. Eso para los hombres. Las mujeres de igual forma, pero con una cartera de colores verdes y rosados pastel en la mano izquierda. Ambos gritan a todo pulmón: teeexiiii! Al taxi te subes rápido, y te bajas rápido, hay que continuar, no valen reclamos, bocinazos, garabatos, hay que partir rápido, los taxis parecen estar protegidos por un escudo invisible pues vuelan por las calles a toda velocidad sin peligro de choque alguno. Al taxista le das instrucciones breves y precisas, como si supiera de antemano adonde vas, Park and forty five! Madison and thirty! GrandCentral! Penn Station! y nada de gracias y porfavores, toma demasiado tiempo, hay que bajarse, otro espera afuera a subirse, y que importa, las gracias se subentienden pues si no fuera por el Muhamad el driver, que al volante es un maniatico, hubieses llegado tarde a tu meeting.

En New York las reuniones de negocios son descarnadas, hay que vender, hay que comprar, se transan millones, y al segundo hay que probar que eres mejor que todos y todo. En Nueva York competidores se encuentran coincidentemente en los bares trendy y sofisticados, y dialogan cordialmente sin olvidar la acidez. Hi Jon, como estas? Excelente, estamos manejando todo el marketing de Pepsi y ha sido una total satisfacción, y tu Frank? Muy muy bien, sabes lo agradable que es tener la cuenta de Coca Cola... Pero dime es verdad que tu empresa la heredaste como regalo de tu papá cuando se retiró del negocio? Bueno, si, se puede decir que si, pero en tu caso, porque ya no funcionas con tu própia empresa , es que quebró? Y así siguen las conversas en Nueva York, ciudad donde todos hablan al mismo tiempo, donde todos los restaurantes están llenos, donde se come, toma y en general se consume con rapidez, pues los camiones que abastecen la ciudad están afuera, ansiosos por rapidamente abastecer los almacenes, hay que llenar los depósitos, hay que vender, hay que comprar. En Nueva York no hay domingos, no hay feriados, hay que consumir, todos hablan al mismo tiempo, hay que hacer saber tus ideas, todos van acelerados a algun lado, todos van en busca de lograr algo, y rápido, hay que subirse a taxis, hay que tomar el subway, hay que comer, hay que abastecer, hay que vivir, hay que hacerlo rápido.