martes

Tenemos presidenta...


Antes de lo previsto se supo, Bachelet triunfó con amplia mayoría, inclusive mayor que la obtenida por Lagos. Los análisis a los que expertos. Pienso que nuestro país ha evolucionado. Hemos aprendido a diferenciar los sustancial de lo gaseoso. Hemos aprendido a diferenciar el mensaje político real del inmediatista, de la sonrisa sincera a aquella forzosa que busca un efecto, para terminar en un basural junto a las papeletas que las transportan. Miré toda la campaña desde un balcón, a lo lejos, solo habiendo podido votar en la primera vuelta, impresionado por el derroche de ideas, comentários, revelaciones, como también de ataques personales, mala intención.
Pienso que no es correcto mirarnos a todos, electores como una masa uniforme, ya que no deja de ser relevante los votos obtenidos por la derecha. Así como no deja de ser increíble los números que apoyan a Bachelet. Me sorprende que tanta gente haya sabido mantener su opinión, a pesar del constante mensaje negativo que hizo presión sobre el Gobierno y en particular a Bachelet durante toda la campaña. Es como si ese 53% de la ciudadania tuviese claro que la prensa en general no es independiente ni objetiva ni informada. Similar situación se dió en la campaña de Lagos, donde la estrategia de la derecha fue de desprestigio hacia sus contendores, y que se mantuvo la totalidad del gobierno recién terminado. Aún así ese 53% se ha encargado de encontrar su própia verdad, desconfiando del discurso derrotista y efectista que finalmente ridiculiza a la derecha. Es inevitable pensar que los recursos que el gremialismo ha invertido esa estrategia, han precisamente logrado lo contrário, terminando el gobierno de Lagos con sobre un 70% de adhesión popular.

Un tema de discusión recurrente entre mis amistades es la alternancia en el poder. Mi punto de vista es que un nuevo gobierno de la concertación no es de por si malo o bueno, sino que la alternancia de un bando político a otro no se puede dar hacia cualquier sustituto. Aún no es tiempo de que ocurra dicha alternancia (de izquiera a derecha), pues no podemos permitir entregar un país con las características del nuestro, hacia un sector político tan alejado de la realidad actual de Chile. Somos un país que respira libertad de expresión, necesidad de justicia, igualdad de oportunidades. La derecha por otro lado, habla de libertad mientras sostiene en sus manos el poder de la información (propietários de los principales medios en el país), hablan de igualdad cuando hacen parte del 1% más rico, hablan de libertad de expresión, siendo un sector ampliamente conservador, hablan de justicia teniendo un pasado de apoyo al gobierno más sangriento que ha tenido Chile, con cada uno de sus representantes actuales habiendo sido funcionarios y complices silenciosos del régimen. La Dictadura dejó heridas que aún faltan muchos años por curar. En el estado actual de las cosas la derecha actual no es contendora para la concertación.
Es inegable que la concertación ha caído en conductas própias del exceso de poder, como la corrupción, el amiguismo, el nepotismo. Aún cuando RN en su mapa del Nepotismo está haciendo un uso político exagerado y explicito del tema, no deja de ser peligroso si no se pone en evidencia. Sin embargo es una conducta risible, por lo hipócrita, viniendo de la derecha, resaltar estas conductas. Esto pues en años de dictadura se acumuló mucha riqueza y poder en ese sector auspiciado por el Estado. Pero de eso la gente común apenas sabe, pues la prensa apenas lo comenta.
Como vá a ser justo que la derecha vuelva al gobierno? La elección de Bachelet permite a Chile ir equilibrando los poderes que sustentas ambas elites, aún desbalanceados, sobretodo luego de muy leves avances con los primeros dos gobiernos democratacristianos. La continuidad de Bachelet permite precisamente lo anterior. Hasta el momento, la Concertación deja la impresión de haber avanzado todo lo que no se había avanzado en la dictadura de Pinochet. Sin embargo tambien queda la impresión de haber hecho demasiadas concesiones con la derecha. Algunos ejemplos: los chilenos que viven en el extranjero aún no pueden votar (todos nuestros países vecinos lo pueden hacer mucho tiempo, incluyendo aquellos que despotamente consideramos 'menos desarrollados'); otro ejemplo es el divorcio, que finalmente salió atrasadísimo, y adornado por pinceladas moralistas que en nada condicen con la realidad, lo cual refleja el peso conservador de la derecha. Un último ejemplo, y el más grave, es el juicio a Pinochet, quien responde a sus juicios comodamente sentado en alguna de opulentas residencias, dando la impresión que es un intocable y que en Chile no existen las condiciones para juzgarlo.
En el Chile de hoy, no hay espacio para un gobierno de derecha. Un gobierno de capitalistas y fundamentalistas católicos no puede ser más desligado
de la realidad de un país progresista como el nuestro. Un voto a Piñera, es un voto a la Alianza a la cual pertenece la UDI, donde los mismos líderes de la dictadura serían los ministros, subsecretários, intendentes, etc. y demás autoridades de su Gobierno. Estos personajes son los mismos que ahora se desentienden con su responsabilidad en el abuso de derechos humanos.

Debe existir un cambio profundo en la derecha para que puedan eventualmente llegar al Gobierno. El triunfo de la derecha no puede pasar o depender del fracaso de la Concertación como parece estar esperando la Alianza. Es una fuerza política que entiendo no ha sido electa desde los años 50, y poco han aprendido.
En la actualidad son poco creíbles y contradictórios: supuestos humanistas que aplaudieron la tortura, estadistas que tienen intereses millonários en países limítrofes, legionarios de cristo que defienden la libertad de culto, defensores de la libertad de expresión siendo dueños del 95% de los medios, multimillonários especuladores que hablan de equidad social, promotores de una salud y jubilación digna siendo auspiciadores del monopólio de las AFP e Isapres, y finalmente critican la política educativa del gobierno siendo dueños de la educación privada en Chile...

Son tantas las debilidades, que sorprende la sobriedad del discurso de Bachelet al tratar con ellos.

Este es un triunfo a celebrar por todo Chileno, mujeres y hombres, ricos y pobres, pues nos garantiza una intención de futuro democrático, oportunidades para aquellos que realmente lo requieren, menos egoísmo, más alternativas, menos injusticia, menos pinochets, menos longueiras, menos moreiras, menos hipocresía...
Algunos reportajes publicados sobre Bachelet en Estados Unidos luego de la elección:

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