TulaKong

Esto no puede ser mas oportuno. Andres Ovalle, mi amigo chileno, Viñamarino, habitante accidental de Nueva York, gran pintor y buscador de inspiración, vendrá a Washington en un par de días. Me llamó ayer en la noche, para ofrecerme un trueque. Me regala un cuadro por hospedaje. La oferta me pareció atractiva, pues sus cuadros son de mi total gusto. Sin embargo me negué y le dije que contará con hospedaje sin costo ni necesidad de trueque, pues además ya se lo había ofrecido así. Andrés es uno de esos personajes únicos. Se vino a EU con una exposición patrocinada, y decidió quedarse, sin visa ni trabajo, a sumar inspiración a su alma de artista. Le ha pasado de todo, suficiente para un libro. Ha vivido en casi 3 años de aventuras, por DC, NY, y San Francisco. Ahora anda para mi sorpresa en Atlanta. El viernes llega a Washington, habrá harto que conversar. Me sorprendió su comentário respecto a que desea volver a Chile, que ya está cansado de EU. Coincidimos en no hay nada en Estados Unidos que justifique el vivir acá y no en Chile. Le dije que había estado en Valparaíso y que está muy bonito, hermoso. Sin duda que no ayudé mucho a su estado de animo.

Una de las estupendas ideas de Andrés fue el Tulakong, aunque no se realmente si lo implementó. Se trata de una versión gringa del índio pícaro chileno, que es un pequeño indio (también los hay grandes) de madera, que al levantarlo de la parte superior, estira sus piernas, haciendo aparecer un desproporcionado pene bajo su entrepierna. La idea de Andrés, consiste en inventar una versión gringa, que según él, sería grito y plata. El pícaro índio, sería reemplazado por un gorila, king kong. Habría de todos tamaños y colores, y los vendería en pleno Soho de NY. La misma táctica sexual, utilizó Andrés en la confección de unas pipas para fumar marihuana, y que tenían forma de pene. Las vendía en pleno Soho, aprovechando la gran presencia de público femenino, gays y turistas.